Diario de un apátrida

"Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar".

Archivo de May, 2009

No voy a votar en las elecciones

Querido diario:

Sé que te va a extrañar, pero por primera vez en mi vida no voy a votar en unas elecciones. Sí, ya sé que siempre he defendido que votar es un deber democrático, y he atacado a los que por holgazanería no votaban.  Pero estos últimos años me han cambiado. Me he vuelto más razonable y racional.

De hecho tenía desde hacía meses decidido mi voto hacia UPyD. Quería castigar al PSOE/Gobierno por su nefasta gestión y sus actitudes de matón, y al PP por su deriva hacia ningún lado, su abandono de cualquier tipo de ideal, y si rechazo público y privado hacia todo lo que huela a liberalismo. El voto a UPyD, aunque tapándome la nariz, era el más útil.

Pero en un flash mental reaccioné y cobré conciencia de que estas no son unas elecciones en clave nacional, sino continental. Es decir, lo que se vota es la composición del futuro Parlamento Europeo. Y aunque en todos los países las elecciones se hayan planteado en clave nacional , este no es el objetivo de la convocatoria.

Por ello, puesto que no creo en esta Europa liberticida, derrochadora, sinvergüenza, corrupta y burocrática que se ha construido, sino en una Europa libre de ciudadanos libres, no voy a votar en las próximas elecciones al Parlamento Europeo.  Espero que la elevada abstención prevista haga recapacitar a los burócratas que han destruido el sueño europeo.

Los españoles y el tenis

Querido diario:

Este fin de semana he vuelto por España. Tenía un compromiso ineludible y además quería asistir a la final del Open de tenis en Madrid. La suerte quiso que en dicha final se enfrentaran Rafael Nadal y Roger Federer, números uno y dos del ranking mundial de mejores tenistas. Llegué el domingo a la Caja Mágica esperando disfrutar de una gran tarde de tensión y buen tenis.

Pero no fue así. Y no sólo porque Nadal estuviera bajo mínimos y Federer lo barriera (literalmente) en una hora y media. No fue así porque mientras estaba disfrutando en directo de la final del Masters 1000 de tenis el público insistía en recordarme una y otra vez que estaba en España.

Debe ser que los españoles, cuando asisten a un partido de tenis se creen que están en un campo de fútbol, dónde todo, absolutamente todo está permitido, entre otras cosas los berridos, rebuznos y ladridos. Los españoles desconocen que en el tenis el silencio es fundamental y los tenistas necesitan concentración absoluta. De hecho, muchos de los berridos que supuestamente debían animar a Nadal lo único que hacían era desconcentrarle.

Según fuentes de la organización la propia ATP se quejó del comportamiento del público (¿rebaño?) español durante el partido. De vergüenza…

Vivir del cuento

Querido diario:

En España todo el mundo aspira a vivir del cuento. De hecho, basta con abrir las páginas de cualquier periódico español o de visualizar cualquier noticiario de cadenas generalistas para darse cuenta de ello. Nadie es responsable de nada, nadie se mueve por nada, y el único motivo por el que se abandona el sillón y la caña es para conseguir que otros, todos los demás (encarnado por el perfil del “papá Estado”) les saquen las castañas del fuego.

No, no estoy hablando de los actores y demás intelectualoides subvencionados (aunque también entran aquí). De ellos ya se ha dicho y escrito todo y además no sería nada original esta entrada. Me refiero a los ¿trabajadores? por cuenta ajena de empresas en crisis. Hoy el noticiario de Antena 3 era un rosario de absurdos: que si los empresarios de las distintas empresas de lo naval se manifestaban violentamente para que el gobierno les garantizara el puesto de trabajo (aunque no trabajen, claro está) y el sueldo (¿¿??),  que si las trabajadoras cierta empresa gallega se manifestaba para que la junta (o Xunta) del recién coronado cacique gallego les proporcionara ayudas para seguir (supongo) operando en pérdidas, y un largo etc.  Claro, que después de las ayudas que el gobierno de Zapatero ha proporcionado a bancos y empresas de la automoción, no me extraña que todos se quieran subir al carro del morro, aunque el carro ya no pueda andar más.

Hoy me ha venido a la cabeza la siguiente cita que leí en “El último boy scout”: “La diferencia entre España y Estados Unidos es la misma que entre Los Lunes al Sol y En Busca de la Felicidad”. Qué gran verdad.