Diario de un apátrida

"Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar".

Archivo de elecciones

Los socialistas ganan en España

Querido diario:

Ya se conoce el resultado de las elecciones al parlamento europeo en España, y ha sido el esperable: con 44 escaños los socialistas han triunfado claramente sobre el resto de opciones políticas, 3 escaños de nacional-socialistas, 2 para los comunistas y 1 para los ¿liberales? (veremos…).

Además, dentro de la coalición socialista, el partido representado bajo las siglas PSOE, que actualmente es el gobierno de España (diría que “mantiene”, pero en España, querido diario, no existe separación entre legislativo y ejecutivo, ni por supuesto judicial) ha salido muy beneficiado, ya que sólo ha obtenido 2 escaños menos que el otro gran partido de la coalición socialista, el PP, si tenemos en cuenta que lleva durante 5 años arruinando, enfrentando y destruyendo al país. De hecho ha sido el partido dentro de la coalición de partidos socialistas europeos que menos ha caído. Esto debería hacer rodar cabezas en el PP, ya que sólo han estado unos 4 puntos porcentuales por encima cuando todos los vientos coyunturales soplan a su favor.

Pero España es un país especial. En España, el cainismo y sectarismo exacerbado de su población impide que se produzcan resultados electorales esperables dentro de una lógica racional. En España, quitando un muy pequeño, reducido porcentaje de la población, la gente vota siempre a “los suyos”, entendiendo por los suyos los que según ellos identifican como herederos de cada uno de los dos bandos que se enfrentaron en la guerra civil española. La diferencia de que gobierne un partido u otro (aunque siempre socialista) la define la gente que en esas elecciones concretas se queda en casa sin votar, pero no porque los ciudadanos, en un verdadero acto de ejercicio democrático, cambien el color de su voto.

Por lo tanto, ni en España existe democracia, ni los ciudadanos españoles son demócratas.

Otras valoraciones a vuelapluma son:

  • El líder de los socialistas del PP, Mariano Rajoy, durante su ¿exultante? discurso en el balcón de la calle Génova ha lanzado un dardo envenenado a sus opositores dentro del propio partido diciendo que “la estrategia diseñada en el congreso de Valencia” (socialización del PP con estructuras nacionalistas territoriales) “ha triunfado”. No existe por lo tanto “esperanza” de que dicho partido abandone la agrupación socialista, y mucho menos de que gane las próximas elecciones en 2012, contribuyendo a perpetuar a Zapatero en el poder.
  • En general en Europa los ciudadanos han suspendido a los burócratas de Bruselas con un 4,3 sobre diez. El nuevo parlamento que se constituya no tiene legitimidad alguna.
  • UPyD ha demostrado que ha tocado techo, y que no dejará de ser un partido testimonial en el parlamento español y europeo (refiéranse al cainismo y sectarismo antes mencionado).
  • En España las elecciones se han planteado totalmente en clave nacional, los votos se han producido en clave nacional, y las propuestas europeas han brillado por su ausencia. De no haber sido así, no se hubiera llenado ni un mitin, y la abstención hubiera sido todavía mayor. Ya se sabe que los españoles no consiguen ver más allá de sus fronteras, y además la actual Europa no es nada interesante.
  • Los socialistas alemanes y franceses se han pegado un gran batacazo, subiendo en Alemania los liberales, que pasan de 7 a 12 escaños. Siempre nos quedará Alemania.

Recomiendo seguir los resultados desde aquí.

Amigo Dragó, te equivocas

Querido diario:

Errar es humano. Equivocarse símbolo de humanidad. Y mi admirado Dragó es humano. Por ello considero que mañana va a cometer un error, al votar en las elecciones europeas que se celebran mañana.

Tal y como cuenta eufórico en su blog en El Mundo, mañana va a depositar su papeleta en la urna a favor de UPyD. Considero que esto es un error no porque vaya a votar a UPyD, que de hecho era mi opción de voto hasta hace unos días, tal y como conté en la anterior entrada. Lo considero un error porque ha caído en la trampa que los partidos nacionales han tendido: enfocar las elecciones al Parlamento Europeo en clave nacional. Y no, no son, por mucho que se insista, a Rajoy ni a Zapatero a quien se juzga.  Se juzga la actual Europa. Y la actual Europa merece sufrir un terremoto abstencionista.

Por ello votar a UPyD (en concreto a Sosa Wagner, no a Rosa Díez) pretendiendo castigar a PP y PSOE en unas elecciones donde se decide el destino del burócrata europarlamento es un error. Votar mañana, simplemente, ya es un error. Y espero y deseo que mañana haya un bajísimo porcentaje de ciudadanos que yerren.  Por el bien de Europa.

No voy a votar en las elecciones

Querido diario:

Sé que te va a extrañar, pero por primera vez en mi vida no voy a votar en unas elecciones. Sí, ya sé que siempre he defendido que votar es un deber democrático, y he atacado a los que por holgazanería no votaban.  Pero estos últimos años me han cambiado. Me he vuelto más razonable y racional.

De hecho tenía desde hacía meses decidido mi voto hacia UPyD. Quería castigar al PSOE/Gobierno por su nefasta gestión y sus actitudes de matón, y al PP por su deriva hacia ningún lado, su abandono de cualquier tipo de ideal, y si rechazo público y privado hacia todo lo que huela a liberalismo. El voto a UPyD, aunque tapándome la nariz, era el más útil.

Pero en un flash mental reaccioné y cobré conciencia de que estas no son unas elecciones en clave nacional, sino continental. Es decir, lo que se vota es la composición del futuro Parlamento Europeo. Y aunque en todos los países las elecciones se hayan planteado en clave nacional , este no es el objetivo de la convocatoria.

Por ello, puesto que no creo en esta Europa liberticida, derrochadora, sinvergüenza, corrupta y burocrática que se ha construido, sino en una Europa libre de ciudadanos libres, no voy a votar en las próximas elecciones al Parlamento Europeo.  Espero que la elevada abstención prevista haga recapacitar a los burócratas que han destruido el sueño europeo.