Diario de un apátrida

"Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar".

Archivo de crisis

Desesperación

Querido diario:

En España las cosas están muy mal. Peor de lo que se piensa. El siguiente es un párrafo extraído de un correo de un familiar mío que tiene un pequeño negocio en España:

[Ante mi pregunta de cómo lleva el calor que estos días hace por allí]

“Sinceramente no me da tiempo de enterarme del calor, teniendo en cuenta que llevo un año apagando fuegos de todo tipo. No sé si sabes que ahora no gestionamos empresas, solo somos bomberos. Me gustaría encontrarme por la calle a ZP y meterle la punta gorda de la manguera por el culo, y cuando tenga los ojos inyectados en sangre preguntarle si ve algo verde o todo negro como los demás españolitos de a pie”.

Más gráfico imposible.

Esta, querido diario, es la única pena que siento, lo mal que lo está pasando la gente querida que he dejado atrás.

Vivir del cuento

Querido diario:

En España todo el mundo aspira a vivir del cuento. De hecho, basta con abrir las páginas de cualquier periódico español o de visualizar cualquier noticiario de cadenas generalistas para darse cuenta de ello. Nadie es responsable de nada, nadie se mueve por nada, y el único motivo por el que se abandona el sillón y la caña es para conseguir que otros, todos los demás (encarnado por el perfil del “papá Estado”) les saquen las castañas del fuego.

No, no estoy hablando de los actores y demás intelectualoides subvencionados (aunque también entran aquí). De ellos ya se ha dicho y escrito todo y además no sería nada original esta entrada. Me refiero a los ¿trabajadores? por cuenta ajena de empresas en crisis. Hoy el noticiario de Antena 3 era un rosario de absurdos: que si los empresarios de las distintas empresas de lo naval se manifestaban violentamente para que el gobierno les garantizara el puesto de trabajo (aunque no trabajen, claro está) y el sueldo (¿¿??),  que si las trabajadoras cierta empresa gallega se manifestaba para que la junta (o Xunta) del recién coronado cacique gallego les proporcionara ayudas para seguir (supongo) operando en pérdidas, y un largo etc.  Claro, que después de las ayudas que el gobierno de Zapatero ha proporcionado a bancos y empresas de la automoción, no me extraña que todos se quieran subir al carro del morro, aunque el carro ya no pueda andar más.

Hoy me ha venido a la cabeza la siguiente cita que leí en “El último boy scout”: “La diferencia entre España y Estados Unidos es la misma que entre Los Lunes al Sol y En Busca de la Felicidad”. Qué gran verdad.